La vibración

La vibración



La vibración en el plano espiritual es el estado de luz, paz, ánimo o alegría en que nos encontramos en cada momento; es decir, una persona alegre, sana, tranquila y positiva tiene una alta vibración y si se mantiene en estos estados la mayor parte del tiempo en su vida, entonces elevará poco a poco su vibración.
En cambio, una persona depresiva, enferma, preocupada, triste tiene una baja vibración y además de todo comenzará a llenarse de enfermedades psicológicas que afectarán su cuerpo físico tarde o temprano, luego cuando va al médico, se practica estudios de las supuestas enfermedades resulta que la persona no tiene nada aunque insista en no dormir y en tener intensos dolores y malestares.
¿Cómo es esto?
Bueno, resulta que nos despiden del trabajo, nos deja el novio (a), la vecina nos dijo cosas sin haberle hecho nada, la amiga se enoja si no tenemos tiempo para ir a su casa o al café, discutimos con nuestros padres, etc. Entonces nos encasillamos en esa situación y le damos vueltas y vueltas todo el día, todos los días. Nos sentimos mal, albergamos sentimientos de coraje, de culpa, de odio, de angustia, de tristeza, de dolor; encima de todo lloramos, maldecimos, renegamos, y sobre todo preguntamos ¿por qué? Si yo no hice nada para que me sucediera tal o cual situación. ¿Estás seguro (a) que no hiciste nada para originarlo?
El suceso solo es una vez de tal modo con la persona en curso, llámese jefe, pareja, padres, hermanos, amiga, vecina, o como decidas nombrarle según tu situación. Si eso ocurre una vez ¿Por qué en la memoria lo repites cientos de veces? Cada que puedes vuelves a lo mismo, si tienes oportunidad de marear a tus amigas con la misma historia una y otra vez la aprovechas. Un claro ejemplo es ese novio que se fue hace meses y tú sigues encerrada en ello, para empezar el cuate ya ni de ti se acuerda y mucho menos recuerda a detalle todo lo sucedido como lo haces tú.
¿Qué se origina con esto?
Pues nada más y nada menos que mantener tu vibración en torno a esa persona o circunstancia; pasa que recuerdas tantas veces el dolor, el sufrimiento, la angustia, la humillación, la desesperación y muchos otros sentimientos que sigues enviándolos al Universo una y otra y otra vez, tanto que, allá arriba se entiende que realmente quieres vivir otra vez la experiencia que tanto estás añorando y no solo eso, sino que te la mandan corregida y aumentada por la intensidad con que la sigues viviendo.
Así es, de pronto vuelves a tener novio y resulta que es igual o peor que el que se fue hace meses ¿Y por qué? Porque sencillamente Tú así lo pediste de manera muuuuy inconsciente pero en realidad lo hiciste tú. Ahora no solo te pone el cuerno, sino que hasta te pide dinero que obviamente nunca te paga, te deja plantada, te levanta la voz y si sigues repitiendo y repitiendo la experiencia mental o verbalmente entonces el novio siguiente no solo hará todo lo anterior, sino que le agregaremos que hablará de ti y puede que hasta a los golpes llegue. En caso de alguna cuestión laboral pues sí, cada vez te tratarán peor, te tocará un jefe más castigador, compañeros más mala onda y un salario que en verdad no te rinda como tantas veces lo repetiste. ¿Realmente deseas eso en tu vida?
Si la respuesta es positiva, ya tienes en los párrafos anteriores el modo perfecto y “guía” para lograrlo, de no ser así, entonces te sugiero que una vez que hayas terminado con el novio, que hayas concluido una relación laboral, que anduviste del chongo con la vecina, que hubo algo que te llevó a discutir con tus padres, etc, te dispongas a vivirlo con toda su intensidad en su momento, no después, porque ya sabes lo que pasará si lo sigues repitiendo. ¿Cuántas veces te dejó el novio?, ¿una vez o más?, ¿cuántos jefes “malos” has tenido? Si es solo una vez, pues una vez súfrelo, una vez llóralo, una vez enójate, no todo el tiempo.
Puede ser que en un principio te parezca difícil porque estamos acostumbrados a tener adeptos, a estar tristes, a renegar, a quejarnos siempre de todo, a causar lástima, a proyectar que nada nos va bien y que nadie nos quiere pero que los otros nos vean así no nos ayuda precisamente a elevar nuestra vibración, más bien nos hunde en la baja vibración, así de que si te resulta difícil inténtalo con algo pequeño y poco a poco irás soltando más cosas, más personas, más situaciones y lo que en un inicio te implicó una tarea difícil, con la práctica de darás cuenta de que sí se puede y se puede bien, nada es imposible a menos que tú así lo quieras.Suéltate y permítete tener nuevas experiencias, mejores relaciones amorosas, laborales, familiares, sociales, de amistad, dejando en su tiempo y momento cada problema, cada disgusto, mal rato. Ahora es tiempo de abrir los brazos al amor verdadero, a un excelente trabajo donde te traten y remuneren bien, a donde incluso te lo reconozcan, a tener más y mejores amigos, a elevar tu vibración. Disponte a esto y mucho más solo es cuestión de que decidas hacerlo.
Al elevar tu vibración en automático aumentarás también la de tu entorno, los que se acercan a ti te tratan bien, tienes muchos ratos agradables, incrementas tu número de amigos, en casa las relaciones son buenas, hay comunicación, el novio o novia en mucho más guapo, detallista, la vecina te sonríe, el jefe te permiso para que vayas a la boda de tu amigo que es en otra ciudad o simplemente de faltar para lo que necesites sin descontarte ni pedirte que dobles turno, ahora todo es perfecto.
Una vez que hayas entendido esto y lo practiques, continuarás creciendo espiritual, emocional, personal y profesionalmente, entonces estarás listo (a) para dar el siguiente paso, estarás listo (a) para conocer a tu ángel, para canalizar, para hablar con tus maestros, para muchas otras cosas que te mantendrán ecuánime y en un perfecto estado.
Y tú… ¿Qué nivel de vibración deseas tener?
Cariñosamente
Martha Elena López Cuello.

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